lunes, 27 de julio de 2009

Que los viejos no estudien

Varios estudiantes del Primer Programa de Doctorado en Salud Colectiva, Ambiente y Sociedad, de la Universidad Andina “Simón Bolívar”, le escriben al presidente de la Corte Constitucional para manifestarle que la convocatoria de becas de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología comete dos inconstitucionalidades: atenta contra los derechos de los ecuatorianos por ser discriminatorios al poner límites de edad para la aplicación de becas: 40 años para Maestría, 45 para Doctorado y 50 para Postdoctorado; y viola sus derechos por ser discriminatorios con los ecuatorianos que quieran estudiar dentro del país, al señalar que las becas serán exclusivamente para estudios en el exterior.
Para ello se apoyan en el Artículo 11 de la Constitución vigente que dice: “Nadie podrá ser discriminado por razones de etnia, lugar de nacimiento, edad, etc.”. Y también en los artículos 85 y 341, donde se destaca que si se vulneran derechos las instituciones deben adoptar medidas alternativas y también que el Régimen del Buen Vivir “generará las condiciones para la protección integral de sus habitantes a lo largo de sus vidas, que aseguren los derechos y principios reconocidos en la Constitución, en particular la igualdad en la diversidad y la no discriminación, y priorizará su acción hacia aquellos grupos que requieran consideración especial por la persistencia de desigualdades, exclusión, discriminación o violencia, o en virtud de su condición etaria, de salud o de discapacidad”.
Al leer esto saltan a la vista dos cosas también: cuánto cambió este país en cuestión de garantías ciudadanas con la nueva Constitución y qué difícil cambiar la mentalidad de alguna gente. Solo por reflexionar: quienes tenemos más de 40 años y mucho más quienes tienen más de 50 años, hace 20 no teníamos las opciones de estudiar que ahora tienen los de más de 20. En otras partes del mundo es ‘normal’ ver a ‘viejitos’ estudiando pasados los 60. Mucho más cuando a cierta edad ya no se tienen los recursos para ir a una universidad y las becas, se supone, son un estímulo para el desarrollo académico.
No se puede seguir pensando que solo en el exterior se aprende mejor. Cierto que en determinados campos hay mayor desarrollo, pero por suerte en este país, como lo reconocen algunos extranjeros, hay académicos de calidad y por eso latinoamericanos, ‘gringos’ y europeos vienen a prepararse. Un síntoma de eso que llaman ‘subdesarrollo’ es pensar que lo de afuera es lo único bueno. Y con esa idea se imitan centros comerciales, malecones y hasta instituciones pensando que si ‘copiamos bien’ vamos a dejar el ‘subdesarrollo’.
Para ciertos funcionarios, la Constitución sigue siendo papel mojado, no la leyeron antes de votar SI. O por encima de los derechos están sus particulares consideraciones ‘técnicas’ o burocráticas.
El Ecuador requiere de personas adultas tan o más preparadas que las nuevas generaciones porque muchas cosas que ahora se aprenden no estuvieron hace cinco años apenas. Todo país demanda que sus adultos mayores sean sabios capacitándose siempre para ser ciudadanos a plenitud y no usuarios de ancianatos.

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