martes, 24 de febrero de 2009

Regreso a casa

Salto de la cama. Alguien a mi lado me dice: "No te vayas". Todo es distinto. Y recién despierto, lamento. En una pizca invaden la pena, la vergüenza, la culpa. !Qué mismo! El frío no pide permiso. El piso, la baldosa, arrastran el frío de toda la noche. Mi nariz congestionada espanta. La mente recupera ciertas imágenes: senos, piernas duras, labios húmedos. Sobre todo mis manos, cómo recorren mis manos. !Qué mismo!

Y al llegar a la casa me pregunto por qué uno desafía su propia voluntad y se deja llevar por un llamado generoso y tentancular...

Mi casa, mi cama, mi cocina, mi baño, mis ventanas, el Pichincha al fondo, piden una explicación...

Aquí todo es más calientico, amable, mío.